Reflexión sobre el día del periodista
El pasado lunes 7 de Junio se conmemoró el día del periodista en homenaje a la fundación del primer medio de prensa con ideas patrioticas, "Gazeta de Buenos Ayres" fundado por Mariano Moreno en 1810. Desde aquel momento histórico hasta la actualidad la labor periodística ha proliferado y se ha ido perfeccionando. Muchos son los ejemplos de periodistas que presentan una carrera intachable y que además sólo búscan como único objetivo el informar.
Por más de que el mero hecho de informar parezca algo simple, no lo es en lo más mínimo. Debido a que para poder informar sobre un determinado hecho se debe dejar a un lado la opinión (y los intereses) personales para lograr que la noticia sea lo más imparcial posible. Es en este aspecto que quiero detenerme, a raíz de la pelea entre el gobierno y los multimedios nacionales han salido a lo que uno piensa e intentar a luz los grandes manejos de la información que realizan ambos sectores para obtener reditos personales. Los primeros para mantenerse en el poder y los segundos para comerciar su influencia sobre la población. Este es un tema muy importante el cual abordaré seguramente más adelante, en lo que me voy a concentrar hoy es en un medio local, concretamente la radio de la Universidad Nacional del Litoral (LT10). Uno esperaría que la radio de la Universidad se mantenga ajena a la comercialización de la información, pero tristemente voy a dar dos ejemplos que me indignan y que nos muestran claramente que no es así.
El primero, y menos grave, tiene que ver con las publicidades que se transmiten en la radio. El año pasado (o el anterior, no recuerdo bien) para estas mismas fechas (día del padre) LT10 transmitía una publicidad de una cadena de electrodomesticos en la cual el padre le hacía un verso al hijo y le decía directamente que "si el hijo le regalaba otro libro se lo iba a partir por la cabeza". Leyeron bien, una propaganda en contra de los libros en la radio de la Universidad.
El segundo hecho, al que considero como de extrema gravedad, ocurrió durante una entrevista a Eduardo Buzzi el 3 de junio de 2010. La nota transcurría en forma normal hasta que el entrevistado dijo: "...Hay corrientes de pensamiento que dicen estupideces como que el glifosato es contaminante...". A lo que el entrevistador responde: "Si, hay cada uno que dice cualquier cosa".
Pensemos un poco en estas palabras: en la radio de la Universidad una persona dice sin argumento alguno, que las personas que realizaron estudios (y los publicaron) sobre el glifosato y aquellos que elaboraron estadísticas médicas sobre el aumento exponencial de las malformaciones congenitas desde la implementación masiva el agrotóxico son unos estúpidos.
Y peor aún, como pagó buen dinero su discurso es repetido por la emisora durante todo el día. Es decir, yo pago lo que me pide la emisora y puedo decir sin presentar ningún contraestudio que por ejemplo todos aquellos que dicen que el cianuro es tóxico para el organismo son todos unos imbeciles, o que todos los que afirman que el Plutonio o el Uranio son en extremo peligrosos para quienes están en contacto son unos estupidos o que son tontos todos aquellos que alertan sobre los efectos perjudiciales del tabaco. Creo que esto no debería ser así, por lo menos no en la radio de la Universidad Nacional del Litoral.
Me pareció importante en el día del periodista no dejar pasar estos dos hechos que marcan como se encuentra a nivel general el periodismo en el país. Por supuesto y gracias a Dios siempre encontramos personas que escapan a la mediocridad general y realizan su trabajo de la forma más correcta posible, en este sentido quiero destacar a dos periodistas que admiro por la simple razón de que hacen muy bien su trabajo, ellos son Coni Cherep y Victor Hugo Morales. Obviamente la lista de buenos periodistas no se agota en ellos dos, pero tampoco abundan los buenos ejemplos.
Finalmente invito a reflexionar sobre la necesidad de contar con información verdadera que no esté contaminada por el dinero de sucios buitres.
Pensemos bien de donde nos estamos informando.
Por más de que el mero hecho de informar parezca algo simple, no lo es en lo más mínimo. Debido a que para poder informar sobre un determinado hecho se debe dejar a un lado la opinión (y los intereses) personales para lograr que la noticia sea lo más imparcial posible. Es en este aspecto que quiero detenerme, a raíz de la pelea entre el gobierno y los multimedios nacionales han salido a lo que uno piensa e intentar a luz los grandes manejos de la información que realizan ambos sectores para obtener reditos personales. Los primeros para mantenerse en el poder y los segundos para comerciar su influencia sobre la población. Este es un tema muy importante el cual abordaré seguramente más adelante, en lo que me voy a concentrar hoy es en un medio local, concretamente la radio de la Universidad Nacional del Litoral (LT10). Uno esperaría que la radio de la Universidad se mantenga ajena a la comercialización de la información, pero tristemente voy a dar dos ejemplos que me indignan y que nos muestran claramente que no es así.
El primero, y menos grave, tiene que ver con las publicidades que se transmiten en la radio. El año pasado (o el anterior, no recuerdo bien) para estas mismas fechas (día del padre) LT10 transmitía una publicidad de una cadena de electrodomesticos en la cual el padre le hacía un verso al hijo y le decía directamente que "si el hijo le regalaba otro libro se lo iba a partir por la cabeza". Leyeron bien, una propaganda en contra de los libros en la radio de la Universidad.
El segundo hecho, al que considero como de extrema gravedad, ocurrió durante una entrevista a Eduardo Buzzi el 3 de junio de 2010. La nota transcurría en forma normal hasta que el entrevistado dijo: "...Hay corrientes de pensamiento que dicen estupideces como que el glifosato es contaminante...". A lo que el entrevistador responde: "Si, hay cada uno que dice cualquier cosa".
Pensemos un poco en estas palabras: en la radio de la Universidad una persona dice sin argumento alguno, que las personas que realizaron estudios (y los publicaron) sobre el glifosato y aquellos que elaboraron estadísticas médicas sobre el aumento exponencial de las malformaciones congenitas desde la implementación masiva el agrotóxico son unos estúpidos.
Y peor aún, como pagó buen dinero su discurso es repetido por la emisora durante todo el día. Es decir, yo pago lo que me pide la emisora y puedo decir sin presentar ningún contraestudio que por ejemplo todos aquellos que dicen que el cianuro es tóxico para el organismo son todos unos imbeciles, o que todos los que afirman que el Plutonio o el Uranio son en extremo peligrosos para quienes están en contacto son unos estupidos o que son tontos todos aquellos que alertan sobre los efectos perjudiciales del tabaco. Creo que esto no debería ser así, por lo menos no en la radio de la Universidad Nacional del Litoral.
Me pareció importante en el día del periodista no dejar pasar estos dos hechos que marcan como se encuentra a nivel general el periodismo en el país. Por supuesto y gracias a Dios siempre encontramos personas que escapan a la mediocridad general y realizan su trabajo de la forma más correcta posible, en este sentido quiero destacar a dos periodistas que admiro por la simple razón de que hacen muy bien su trabajo, ellos son Coni Cherep y Victor Hugo Morales. Obviamente la lista de buenos periodistas no se agota en ellos dos, pero tampoco abundan los buenos ejemplos.
Finalmente invito a reflexionar sobre la necesidad de contar con información verdadera que no esté contaminada por el dinero de sucios buitres.
Pensemos bien de donde nos estamos informando.
Como cambian las personas...
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