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Sierras santafesinas

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Es una mañana fría y ventosa, camino por las calles del centro cuando un envoltorio de caramelo danzando al compás del viento se apodera de mi atención... Por unos instantes sigo con la mirada la trayectoria de ese trocito de plástico, que minutos antes fue arrojado a la calle por algún desconsiderado y que termina su viaje en un charco junto a una bolsa rota de basura sobre la vereda. Instantáneamente pienso en lo sucias que fueron las personas que arrojaron el papel, que sacaron la basura a deshora y quienes rompieron la bolsa para dejar todo desparramado... En mi arranque inquisidor me erijo como juez de una situación que considero intolerable, que desconocidos ensucien mi ciudad y que además nos expongan a todos descaradamente al contacto con la basura. Imagino castigos ejemplares para estas personas, obligarlas a que junten su basura y toda la basura de la ciudad por una semana o hasta un mes... Es imaginando el castigo cuando caigo en cuenta de que luego de juntar la bas

Agradecimientos

Las inmensas montañas son continuamente moldeadas por la acción del agua y el viento, su superficie florece en coloridas lavandas o en ásperos cardones e incluso en más de una ocasión tiemblan con la tierra y hasta se quiebran. Al igual que las montañas, más allá de nuestro origen, las personas somos lo que la experiencia de vida moldea, los sentimientos que afloran en nuestra superficie y aquellas pequeñas tragedias que nos hacen temblar, algunas hasta nos logran quebrar. Cada persona que interactúa con nosotros nos deja una marca (de distinta magnitud), las que en suma nos terminan definiendo…Soy yo, soy todos los demás.

Gota a gota

Suave caricia del líquido al frío metal, una tras otra se suceden sin parar; su voz es un delicado susurro, que invita al mate amargo con churros; o a la torta frita fresca, por qué no, a la almohada y la siesta; es imposible que esta maravilla de la vida, no despierte sensaciones tan intensas como inadvertidas; el alivio profundo después de una semana agobiante, el pánico total con rayos alucinantes; la desesperación ante la piedra o la crecida, la ira al caminando atravesar inundadas calles y avenidas; el sopor bajo las chapas remotas, o esta liviana reflexión, escrita gota a gota.