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Agradecimientos

Las inmensas montañas son continuamente moldeadas por la acción del agua y el viento, su superficie florece en coloridas lavandas o en ásperos cardones e incluso en más de una ocasión tiemblan con la tierra y hasta se quiebran. Al igual que las montañas, más allá de nuestro origen, las personas somos lo que la experiencia de vida moldea, los sentimientos que afloran en nuestra superficie y aquellas pequeñas tragedias que nos hacen temblar, algunas hasta nos logran quebrar. Cada persona que interactúa con nosotros nos deja una marca (de distinta magnitud), las que en suma nos terminan definiendo…Soy yo, soy todos los demás.

Gota a gota

Suave caricia del líquido al frío metal, una tras otra se suceden sin parar; su voz es un delicado susurro, que invita al mate amargo con churros; o a la torta frita fresca, por qué no, a la almohada y la siesta; es imposible que esta maravilla de la vida, no despierte sensaciones tan intensas como inadvertidas; el alivio profundo después de una semana agobiante, el pánico total con rayos alucinantes; la desesperación ante la piedra o la crecida, la ira al caminando atravesar inundadas calles y avenidas; el sopor bajo las chapas remotas, o esta liviana reflexión, escrita gota a gota.

El mago

Recibe el balón en la mitad de la cancha, levanta la cabeza para observar el terreno, amaga con un pase en profundidad y deja dos mediocampistas contrarios pagando. Avanza a pura habilidad quebrando la cintura, gira tira la pared corta, la recibe de nuevo, la pisa, la amasa, mira a los delanteros picando, JUGADA DE MÁXIMO PELIGRO, preparan las gargantas en el banco de suplentes. La defensa contraria sale a cortar con los tapones de punta, hay olor a gol, HAY OLOR A GOL... Amaga de nuevo pasa un defensor de largo, prepara la zurda mágica, le VA A DAAAARRRR... Y lo cierran con lo justo, pelota al lateral... Así describe en menos de 15 segundos, a toda velocidad, el genio de la palabra, un lateral casi en la mitad de la cancha... La radio tiene esa magia, esa poesía que enciende la imaginación.

Presentimiento

En el inconsciente nace la duda, que genera la desconfianza y alimenta el panorama desolador que finalmente se cumple. En forma consciente estamos expuestos a múltiples señales que nos muestran a la gente tal cual es, por más que no lo queramos ver los comentarios, los gestos y las miradas, esa comunicación no verbal, nos dice muchísimo sobre la persona con la que estamos interactuando. El miedo y la inseguridad ante lo desconocido y urgente da alimento a los deshonestos que con mala intención toman partido de aquel que les tiende una mano. Una seguidilla de falsas escusas intenta tapar con los dedos el globo aerostático de la desidia que crece y se eleva al calor de las mentiras, la irresponsabilidad y la falta de ética. Cuando el globo revienta, nos percatamos que todo lo pasado lo sabíamos casi con certeza al comienzo, pero no hay peor ciego que el que no quiere ver...

El desterrado

Imagen
Aparece en la foto, como una sombra a lo lejos, casi escapandole al flash. Supo ser en su tiempo de los más codiciados, pero a toda gloria le llega el ocaso y pocas cosas emocionan más al mediocre que arengar contra viejos héroes. De a poco se fue cansando el común de la gente de él y con el cansancio aparecieron las primeras quejas. Sus detractores bramaban contra sus travesuras como ensuciar veredas y autos o esconder los carteles de los negocios y calles, mientras que sus defensores atribuían estos comportamientos a su pureza e inocencia. El clima se fue poniendo tenso, comenzó la criminalización, las quejas se transformaron en denuncias sobre su creciente escalada delictiva, todo tipo de daño contra la propiedad le era imputable, corte de cables, rotura de baldosas y hasta vehículos... Sus defensores fueron pintados de color para facilitar el ataque y el descrédito contra ellos, como pasara antes con los "sucios rojos". La primer condena ejercida unilateralmente por un...

Despedida

El sol aclara el cielo y los rayos atraviesan la ciudad todavía dormida. Las cortinas contienen el paso de los primeros destellos del día, un estrépito interrumpe el entrecortado sueño, indicando como ayer, y siempre, que son las 6:30. Me levanto y oigo apenas un susurro que por la costumbre se que significa "dame 10 minutos más", me lavo la cara, me aseo y me visto.Tomo el café con leche con dos tostadas y como todos los días después de un breve diálogo saludo con un beso y me subo al auto. En el camino me percato que todos los días me detiene el mismo semáforo, veo el mismo señor paseando el mismo perro e incluso puedo reconocer algunos autos y sus patentes. En el estacionamiento elijo entre uno de los cuatro lugares de siempre, el que está disponible, saludo al cuidador y camino al trabajo. Esquivo los pozos prácticamente sin mirar, saludo al quiosquero y miro hacia el árbol de la esquina, particularmente deshojado y con dos nidos en su calva copa. Ingreso al edificio y m...

Destello

Un gris e insulso "Buen día" fue el saludo habitual, que con un cordial -Hola, ¿Cómo estás hoy?- se transformó en un amarillo y tímido "bien, gracias por preguntar"... -¿Si?, últimamente te noto ofuscada.- fue el desencadenante de una catarata roja de fuego, palabras de ira y problemas que se derramaron desde su boca. Al alivio del desahogo se sobrepuso inmediatamente la barrera de la introversión anteponiendo un azul y gélido "¡Pero eso a vos no te importa!". Un -Me interesa, por eso te pregunto.- bastó para que se oyera un naranja "Ah, gracias" cálido como amanecer de ternura y vergüenza. El balbuceo de esbozos de soluciones, palabras de aliento y elogios motivaron un verde y esperanzador "¿Enserio?, ¿A vos te parece?"... La charla continuó en esas tonalidades hasta que irrumpió un rosa enamorado "Me gusta que me digan cosas con amor", sin captar la indirecta -Mmmm, con amor.... AMORFA- Las risas estallaron celestes y espo...