¡Por favor volvé!

Sin que nadie le diga nada nos abandonó, pero su ausencia no se hizo evidente al instante, digamos que se tomó un tiempo para hacerse notar...
Comenzó con papelitos en el piso, luego eran papeles y ahora ya son bolsas de basura y heces...
Continuó con omitir los saludos, no escucharnos, colarnos y hoy es el celular en el cine o teatro...
Luego las normas sufrieron su pérdida, un paso en amarillo, una doble fila momentánea, un olvido la luz de giro. Hoy ya son semáforos en rojo, calles en contramano y hago lo que quiero...
Hasta la fisonomía del barrio se ve alterada, porque un hurto ya no es sólo eso, candados, cadenas, rejas y alambrados...
Dicen que el que se va sin que lo echen vuelve sin que lo llamen... De todas maneras te llamo igual, por favor volvé RESPETO... Te estamos esperando.



Comentarios

  1. En la época en que había RESPETO se traducía, entre otras cosas, en menos basura en la calle, acatamiento de las leyes, valoración de nuestros mayores, la autoridad y las instituciones (iglesia, policía, escuelas, la patria y sus símbolos, etc.). Obedecíamos las leyes porque existía el temor al castigo cuando uno las infrigía.

    Con el paso del tiempo todo esto se fue diluyendo porque de a poco comenzamos a desafiar/ignorar las normas y a las autoridades; nos volvimos soberbios, egoístas e intolerantes, incapaces de admitir nuestros errores o de asumir las consecuencias de nuestros actos.

    Hoy las penalidades de las leyes no nos asustan, las autoridades y las instituciones están desvalorizadas y no nos inspiran respeto, nadie es responsable de nada, nadie controla nada, nadie se hace cargo de nada.

    "Volvé RESPETO... Te estamos esperando"
    No pierdas las esperanzas, no se fue del todo. Si nos jactamos de ser Respetuosos, prediquemos con el ejemplo, es la única forma de convencer.
    MaríaP.

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    Respuestas
    1. Coincido en gran medida con el comentario, aunque creo que el motor generador del respeto no debe nunca ser el temor a un posible castigo sino más bien el entendimiento de que las leyes, las ordenanzas y los códigos de conducta fueron establecidos buscando armonizar la convivencia entre nosotros para disminuir los conflictos o para establecer un protocolo de acción frente a los mismos. El problema general radica, a mi manera de ver, en que la sociedad de consumo nos está llevando al sálvese quién pueda, con ello no respetamos a los demás (a quienes vemos como potenciales contrincantes) por lo tanto todo aquello que nos obligue a ceder frente a otra persona simplemente no es respetado.
      Un beso, muchas gracias por el comentario.

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