Memorias de un Flaneur: Barrio Alfonso - Otoño

 Viene de Memorias de un Flaneur: Barrio Alfonso Primavera-Verano.

Fue un día lluvioso y gris de Abril el que marcó definitivamente el comienzo del otoño simbólico de esta relación y del diálogo con todos los vecinos. De aquí en más se perdió el calor, el color y se marchitaron las flores, pero sobretodo se borró del horizonte cercano la posibilidad de rebrote y de volver a florecer. Fue exactamente el mismo día para todo el barrio, el 29 de Abril de 2003, el día de la inundación.

La década de los 90 y la crisis del 2001 estaban llevando al barrio lentamente a la ruina, pero los vecinos nos resistíamos a que así fuera y se mantenía la comunidad. Sin embargo, esto cambió desde el día que el agua cubrió completamente las casas casi hasta el techo. Empezando por el mensaje claro y directo de que ya no era un lugar seguro para nadie, ya no nos sentíamos protegidos ni conectados. Ver el barrio desde los techos o flotando sobre una canoa socavó cualquier resquicio de seguridad y las consecuencias en la psiquis se mantuvieron por mucho tiempo, varios vecinos lloraban de angustia en años posteriores durante lluvias frondosas, temiendo que el avance del agua les arrebate todo nuevamente.

La creciente destruyó económicamente a mucha gente, pero lo peor fue la destrucción de la historia pasada. Al bajar las aguas se caminaba en calles llenas de barro y montañas de basura. Estas montañas eran una mezcla heterogénea y descolorida que contenía barro mezclado con todos nuestros muebles, nuestra ropa, nuestras fotos, documentos, libros y electrodomésticos. Nuestras escasas pertenencias y recuerdos completamente arruinados. El barrio no sólo nos decía así que ya no nos quería sino que destruía toda nuestra historia pasada, era un borrón y cuenta nueva que no nos incluía.

En este contexto, la comunidad y las ganas de hacer crecer el barrio se vieron fuertemente afectadas. Primero porque hubo que moverse a un modo de subsistencia, donde había que sobrevivir. Afortunadamente, muchos conservamos la humanidad y nos ayudamos en todo lo posible. Pero lamentablemente, en tiempo de desgracia también aparecieron los oportunistas y ventajeros. El clima de psicosis y estrés total no ayudó, haciendo que finalmente la comunidad se fragmentara.

Aún hoy se ven marcas de hasta donde llegó el agua, por lo que con la comunidad ya fragmentada y los recordatorios constantes de que el horror estaba a la vuelta de la esquina, los vecinos finalmente dejamos de intentarlo. Poco a poco, el barrio fue cayendo en el abandono y lo que en el pasado eran energías para mejorar el barrio se fueron transformando en búsquedas de una salida o forma de escape del barrio. 

Los vecinos se retiraron de las veredas, los negocios se fueron llenando de rejas y alarmas. El nuevo mensaje que el barrio está gritando no deja lugar a dudas, quién quiera hacer algo tiene que salir del barrio. Fue así como el viento se llevó la última de las hojas, dejando los árboles y las calles completamente peladas y vacías.

Las memorias de barrio Alfonso terminan pronto, en el próximo post... Invierno

Comentarios

  1. Aich, este dolió. Creo que aún era algo chica para entender todo lo que estaba sucediendo en esta fecha.

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