Memorias de un flaneur: Revelación

Fue leyendo Memorias del Ángel Gris que finalmente me di cuenta de lo que estuvo pasando todos este tiempo, desde que tengo memoria al menos. Esa voz constante, que parecía no provenir de ningún emisor externo, que se hacía presente aún en el más absoluto silencio, y que aunque con ligeros cambios en el tono, siempre estaba presente. Esa voz es en realidad parte de una conversación, completamente asimétrica, que se da en forma continua con los diferentes barrios en los cuales me encuentro.

Los barrios tienen diferentes formas de comunicarse, sin embargo al carecer de lenguaje formal, la comunicación se vuelve sutil y críptica, se esconden los mensajes en sensaciones que uno debe intentar deducir. Este echo, sumado a mi ignorancia total de la situación hasta el momento de la revelación, hicieron que el diálogo haya permanecido en el escondite perfecto, en un torrente constante y enmascarado de señales y emociones. La combinación de estos factores vuelven la tarea de reconstruir los diálogos, un proyecto difícil de resultados de naturaleza imprecisa, ya que mi limitada memoria sólo me permite recordar fragmentos de las situaciones más recientes, las más extremas o las más prolongadas en el tiempo.

Ahora puedo entender que este diálogo fantástico es una parte importante del por qué siempre me gustó el concepto del flaneur, esa personas que erra por las calles de la ciudad y se mueve dentro de la dinámica de la misma, sin objetivo aparente. Al hacer de esta actividad un pasatiempo frecuente, mi memoria se fue llenando con el tiempo de información y fragmentos de diálogos no organizados.

A pesar de las limitaciones y de la dificultad que esto conlleva me he decidido a la tarea de recobrar los mensajes que, creo que, capté de cada uno de los barrios que visité. Hago esto no porque crea que subyace en los mismos algún tipo de verdad o información relevante, sino por el puro placer de revisitar las sensaciones, dejarme abrazar por las mismas e intentar poner en palabras lo que hasta ahora reside vagamente en mis recuerdos en forma de una emoción o sensación.

Para quienes habiendo llegado a este punto deseen continuar con la lectura, sólo me queda decirles sean bienvenidos a las memorias de un flaneur.

Siguiente entrega será publicada pronto.

Comentarios

  1. Que bueno Lean .. me gusta mucho como escribís . Yo he leído a Dolina .. y sus historias son mágicas ..

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    1. Muchas gracias Vero, me alegro que te guste lo que escribo. Y si, Dolina es mágico.

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