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Viva Las Vegas

En lo que llevo recorrido de USA es muy frecuente encontrar ciudades que no tienen alma, que son interminables repeticiones de las mismas franquicias, una y otra vez. Con eso en mente, y considerando que no me gusta apostar llegué a Las Vegas muy escéptico de que pudiera estar a la altura de la leyenda. Es que a priori, un grupo de casinos con clones de otras ciudades no se me antojaba como algo interesante. Tengo que reconocer que la ciudad me impactó muchísimo, empezando por su personalidad. Es cierto que hay copias de monumentos y ciudades icónicas, pero incluso en esos casos se mantiene la esencia de Las Vegas. Podemos estar en la copia de del Palacio Ducal pero sabemos que aún estamos en Vegas, porque al construir estos lugares no se limitaron a copiar sino que tomaron la idea de las diferentes ciudades pero les imprimieron una impronta propia. Esto es muy difícil de lograr cuando no hay un estilo arquitectónico propio o característico. En este caso la impronta la dan los tipos de

La Legi

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Son más de las once de la noche, camino en ojotas por General López en dirección a la plaza Italia (la Legi para los amigos). Hace casi treinta grados, son los últimos resabios del verano en Santa Fe que se rehúsa a dar un paso gentil al Otoño.  El día, fue de un verano hostil, mucho calor y mucha humedad. La llegada de la noche no logra aminorar la pesadumbre del día, que todavía se siente en el cuerpo, en la piel, en el calor que es irradiado desde el asfalto. Llegamos a la plaza, nos sentamos en un cordón, abrimos una birra, brindamos y empezamos a charlar. El aroma de la cerveza se mezcla con el olor de la tierra húmeda y caliente, también con notas metálicas que vienen de los juegos para los chicos y trazas de olor a cagada de paloma. Esa fragancia particular de noche en la plaza me transporta un poco al pasado. De fondo el paisaje se me antoja idéntico a lo que recuerdo, un auto con música, una pareja chapando a lo lejos, unos pibes tomando porrón y otros jugando al bolo en el es

ConecTango

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Desde hace tiempo venía coqueteando con la idea de aprender a bailar Tango, ya desde mis días en la facultad. Sin embargo por alguna u otra razón, nunca empecé y con el tiempo el proyecto se fue diluyendo en un mar de eternos pretextos. Es el año 2022 y viviendo en el exterior se dió que comencé a aprender. Inicialmente, era sólo una actividad social más dentro de las varias que desarrollaba, pero con el correr del tiempo, el Tango fue tomando un rol cada vez más central en mis semanas, por múltiples razones. En primer lugar, es una actividad social. Aprender a bailar permite conocer muchas personas, con diferentes entornos, que en este caso además están abiertos y receptivos a una cultura nueva. Me encanta interactuar con personas de diferentes países, profesiones y con culturas que en muchos casos son completamente nuevas para mi. El exponerme a la diversidad me resulta muy estimulante y el grupo que desarrolla la actividad es muy cálido, lo cual ayuda a continuar y a intentar persev

Delirio de una noche de verano

Lejos, muy lejos, muy muy lejos. Más de 7.700 km me separan de mi casa, de mi ciudad, de mi familia, de todo. Incluso estando lejos me alejo aún más, me muevo hacia el Oeste, todavía más lejos. La ruta toma formas diversas, el paisaje cambia constantemente, este desierto está plagado de ciudades, de opulencia y decadencia... Todo pasa frente a mis ojos, en el frenético cambiar de paisajes varios me resultan similares a otros muy lejanos en este momento. Sin embargo, la velocidad de cambio me obnubila y no logro procesar todo. Me relajo y no busco tampoco procesar, sólo sentir lo que esté ahí para mí. Intento pensar en las miles de historias diferentes que pasan ante mis ojos, o que se ocultan en todos los edificios, más fastuosos o más modestos, que nos empeñamos en construir, es abrumador. Pasan caras, edificios, ciudades y sigo en mi viaje por acá, bien lejos. Una noche común y una atracción que no promete mucho, ver las luces "extrañas" en Marfa, no se sabe bien que son, n

Walking through the desert

There I was, a man lost in the middle of the desert. Alone, unable to share the pain and sadness with anyone else. Each step hurt, hot sand burned more and more as days passed over. When did it start? When did the green, fertile and vegetated soil had became inert hot sand? I tried my best, but I wasn't able to remember, to identify the exact moment and yet, there I was. The sand became hotter with days and so did the Sun, burning my skin and going deeper, reaching my soul, my soul was slowly burning, my soul ached. The former cool breeze turned into an irregular flaming dust whip, hitting me from all directions, and making impossible to open my eyes. Where was I? How did I get there? What had I done to deserve that? How am I going to leave this place? I wasn't able to see, to gather any information from the environment, I believed that the pain was going to last forever and no hope remained, but yet, there I was. At that point, I was desperate, living in agony. I cried, bu

Segunda feira na praia

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Olha que coisa mais linda … Acaricia suavemente el Sol mi espalda desnuda, nado tranquilo por el mar picado, el día es precioso y a pesar de ello, son pocas las personas que pudieron romper la rutina de la semana y escaparse a la playa. Juego tranquilo con las olas, que ya rotas y mansas llegan hasta la orilla, me dejo mecer por el ir y venir del agua, me relaja su agradable murmullo. Relajado y confiado, decido aumentar la apuesta y nadar tranquilo hacia donde rompen estas magníficas y gigantescas olas. En mi descuidado nado no tomo dimensión del tiempo ni del entorno, hasta que me veo precipitado hacia el punto exacto en donde estallan las olas. En un instante de lucidez, buceo y logro esquivar una ola enorme que rompe pocos centímetros detrás de mí. Sin embargo, mi falta de respeto hacia el coloso se pagaría sólo un segundo después, cuando al intentar emerger a la superficie me impacta una segunda ola del mismo tamaño que la anterior… É a noite, é a morte, é um laço, é o anzol

La intensa Bahía

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Los últimos rayos de Sol del día me acarician, me recorren y me abrazan. A mí y a todos los que estamos sentados bajo el Faro. En medio de este abrazo colectivo, comienzan a sonar una guitarra y un cajón peruano... Cada nota de los instrumentos vibra y se amplifica en los bahianos, que sin poder evitarlo cantan todos a coro. - Salvador, Bahia, território africano. Baiano sou eu, é você, somos nós. Uma voz, um tambor... (1) Bahía está en resonancia continua, todo es música. Los colectiveros conducen cantando, la gente habla cantando, caminan bailando y hasta las miradas son musicales. Sin necesidad de palabras invitan al baile y a los besos de miel, simplemente al amor... - ... Oxente, cê num tá vendo que a gente é nordeste? Cabra da peste. Sai daí batucador. Quem foi seu mestre? Capoeira... (1) Al estar en resonancia constante, Salvador es muy intensa y a la vez inestable. De un segundo a otro, el suave y sensual candomblé es invadido por Exu, los besos desaparecen,