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Memorias de un Flaneur: Barrio Alfonso Primavera-Verano

Reconstruir diálogos es una tarea complicada sobretodo cuando no se da en forma consciente y sólo quedan las emociones de lo que en su momento suscitó. En este sentido los diálogos con barrio Alfonso van a ser divididos en tres partes: Primavera-Verano, Otoño e Invierno, en orden cronológico. La asimetría inicial era total, yo no sabía bien quién era todavía y del otro lado había un barrio gigante, en expansión. Esta es la época más apelmazada en los recuerdos y la que cubre un rango más amplio, desde mediados de la década de los 80 hasta entrados los años 2000. Desde siempre el barrio tuvo un aire un tanto ambiguo, super amable durante el día y la tarde, pero completamente hostil durante la siesta y la noche. En particular la siesta, no había movimiento, todos los locales cerrados el aire caliente y pesado (casi todo el año), el brillo intenso y el peligro. El mensaje era claro, no había que salir a la siesta, te robaban la bicicleta, los juguetes, lo que sea. La situación cambiaba ra...

Memorias de un flaneur: Revelación

Fue leyendo Memorias del Ángel Gris que finalmente me di cuenta de lo que estuvo pasando todos este tiempo, desde que tengo memoria al menos. Esa voz constante, que parecía no provenir de ningún emisor externo, que se hacía presente aún en el más absoluto silencio, y que aunque con ligeros cambios en el tono, siempre estaba presente. Esa voz es en realidad parte de una conversación, completamente asimétrica, que se da en forma continua con los diferentes barrios en los cuales me encuentro. Los barrios tienen diferentes formas de comunicarse, sin embargo al carecer de lenguaje formal, la comunicación se vuelve sutil y críptica, se esconden los mensajes en sensaciones que uno debe intentar deducir. Este echo, sumado a mi ignorancia total de la situación hasta el momento de la revelación, hicieron que el diálogo haya permanecido en el escondite perfecto, en un torrente constante y enmascarado de señales y emociones. La combinación de estos factores vuelven la tarea de reconstruir los diál...

Viva Las Vegas

En lo que llevo recorrido de USA es muy frecuente encontrar ciudades que no tienen alma, que son interminables repeticiones de las mismas franquicias, una y otra vez. Con eso en mente, y considerando que no me gusta apostar llegué a Las Vegas muy escéptico de que pudiera estar a la altura de la leyenda. Es que a priori, un grupo de casinos con clones de otras ciudades no se me antojaba como algo interesante. Tengo que reconocer que la ciudad me impactó muchísimo, empezando por su personalidad. Es cierto que hay copias de monumentos y ciudades icónicas, pero incluso en esos casos se mantiene la esencia de Las Vegas. Podemos estar en la copia de del Palacio Ducal pero sabemos que aún estamos en Vegas, porque al construir estos lugares no se limitaron a copiar sino que tomaron la idea de las diferentes ciudades pero les imprimieron una impronta propia. Esto es muy difícil de lograr cuando no hay un estilo arquitectónico propio o característico. En este caso la impronta la dan los tipos de...

La Legi

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Son más de las once de la noche, camino en ojotas por General López en dirección a la plaza Italia (la Legi para los amigos). Hace casi treinta grados, son los últimos resabios del verano en Santa Fe que se rehúsa a dar un paso gentil al Otoño.  El día, fue de un verano hostil, mucho calor y mucha humedad. La llegada de la noche no logra aminorar la pesadumbre del día, que todavía se siente en el cuerpo, en la piel, en el calor que es irradiado desde el asfalto. Llegamos a la plaza, nos sentamos en un cordón, abrimos una birra, brindamos y empezamos a charlar. El aroma de la cerveza se mezcla con el olor de la tierra húmeda y caliente, también con notas metálicas que vienen de los juegos para los chicos y trazas de olor a cagada de paloma. Esa fragancia particular de noche en la plaza me transporta un poco al pasado. De fondo el paisaje se me antoja idéntico a lo que recuerdo, un auto con música, una pareja chapando a lo lejos, unos pibes tomando porrón y otros jugando al bolo en e...

ConecTango

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Desde hace tiempo venía coqueteando con la idea de aprender a bailar Tango, ya desde mis días en la facultad. Sin embargo por alguna u otra razón, nunca empecé y con el tiempo el proyecto se fue diluyendo en un mar de eternos pretextos. Es el año 2022 y viviendo en el exterior se dió que comencé a aprender. Inicialmente, era sólo una actividad social más dentro de las varias que desarrollaba, pero con el correr del tiempo, el Tango fue tomando un rol cada vez más central en mis semanas, por múltiples razones. En primer lugar, es una actividad social. Aprender a bailar permite conocer muchas personas, con diferentes entornos, que en este caso además están abiertos y receptivos a una cultura nueva. Me encanta interactuar con personas de diferentes países, profesiones y con culturas que en muchos casos son completamente nuevas para mi. El exponerme a la diversidad me resulta muy estimulante y el grupo que desarrolla la actividad es muy cálido, lo cual ayuda a continuar y a intentar persev...

Delirio de una noche de verano

Lejos, muy lejos, muy muy lejos. Más de 7.700 km me separan de mi casa, de mi ciudad, de mi familia, de todo. Incluso estando lejos me alejo aún más, me muevo hacia el Oeste, todavía más lejos. La ruta toma formas diversas, el paisaje cambia constantemente, este desierto está plagado de ciudades, de opulencia y decadencia... Todo pasa frente a mis ojos, en el frenético cambiar de paisajes varios me resultan similares a otros muy lejanos en este momento. Sin embargo, la velocidad de cambio me obnubila y no logro procesar todo. Me relajo y no busco tampoco procesar, sólo sentir lo que esté ahí para mí. Intento pensar en las miles de historias diferentes que pasan ante mis ojos, o que se ocultan en todos los edificios, más fastuosos o más modestos, que nos empeñamos en construir, es abrumador. Pasan caras, edificios, ciudades y sigo en mi viaje por acá, bien lejos. Una noche común y una atracción que no promete mucho, ver las luces "extrañas" en Marfa, no se sabe bien que son, n...

Walking through the desert

There I was, a man lost in the middle of the desert. Alone, unable to share the pain and sadness with anyone else. Each step hurt, hot sand burned more and more as days passed over. When did it start? When did the green, fertile and vegetated soil had became inert hot sand? I tried my best, but I wasn't able to remember, to identify the exact moment and yet, there I was. The sand became hotter with days and so did the Sun, burning my skin and going deeper, reaching my soul, my soul was slowly burning, my soul ached. The former cool breeze turned into an irregular flaming dust whip, hitting me from all directions, and making impossible to open my eyes. Where was I? How did I get there? What had I done to deserve that? How am I going to leave this place? I wasn't able to see, to gather any information from the environment, I believed that the pain was going to last forever and no hope remained, but yet, there I was. At that point, I was desperate, living in agony. I cried, bu...