Héroes anónimos
La noche avanza y la tormenta se intensifica, la suave llovizna da lugar a una lluvia copiosa y furiosa, el cielo se ilumina cada pocos segundos con una seguidilla de relámpagos que estremecen. Adentro, todos secos, todos sentados, imperturbables charlamos en tono ameno con música de fondo. Se había terminado la cena y la sobremesa se extendía para una sesión de fotos. Afuera, el agua caía a raudales como no lo hacía desde hace meses... De golpe, el cielo se iluminó como nunca antes en la noche, por un instante fue casi de día, el estrépito del rayo silenció el salón y lo sumió en la oscuridad total... Por unos segundos, que parecieron años, todo el esfuerzo y todas las energías invertidas en la organización parecieron estallar en el aire y en la oscuridad del salón la fiesta desaparecía completamente... Todo parecía perdido hasta que de la nada, un héroe, de esos que no usan capa, comienza a cantar. Utilizando sólo su voz y sus palmas contagia primero a su mesa y luego a casi todo el...